jueves, abril 06, 2006

Presentación South Pop: Troy Von Balthazar


No sé si habéis tenido la oportunidad de ver la maravillosa "Napoleon Dynamite". En ella, una serie de personajes extravagantes y sin duda extraídos de la más natural de las vidas de cada uno, se delimitaba vagamente y sin dar demasiadas explicaciones la virtual y endeble línea que separa lo normal de lo que no lo es. Situaciones imposibles, paisajes casi lunares que adornan hechos cotidianos que desolan y a la par arrancan la carcajada siempre tierna y complice. En estos terminos podríamos calificar el show que se marcó ayer el estadounidense, nacido en la isla de Hawai, Troy Von Balthazar. Ayudado de una guitarra, un casiotone y pedalera de efectos, fue deslizando brevemente cada una de sus canciones que 'o bien las amas, o bien las odias', como bien se refirió él mismo en un momento. Loops de guitarras sobre las que insertaba ruido, melodías afectadas, grabadora en ristre, movimientos espasmódicos, y comentarios jocosos sobre la familia, su vida, el sexo. Imagínense a un Patrick Wolf punk, que se entretiene filtreando con el indie-pop, el ritmo samba de un piano barato, el folk, las distorsiones vocales y la filigrana de dormitorio. Invitó a su amiga francesa a cantar, echó de la sala a unos cuantos debido a su, en definitiva, espectaculo no apto para todos los públicos, revisitó "Ain't No Sunshine'' de Bill Withers y casi se parte el cuello dando volteretas. Haciendo, en realidad, lo que le daba la gana.

Presentación South Pop: The Secret Society


Ayer miércoles en la sala Fun Club de Sevilla tuvo lugar la fiesta presentación de la segunda edición del South Pop Festival, que comienza hoy mismo en el Teatro Alameda de esta misma ciudad.
La sesión especial la conformaban dos conciertos dispares entre sí, pero con la emoción desbordante como eje principal. The Secret Society, osea, Pepo Márquez, miembro de Garzón, a las voces y a la guitarra y Andrés Perruca, ex-Niño Gusano, ex-Tachenko, a la batería, demostraron como poner la piel de gallina con sobriedad y elegancia, regalando melodías ariscas y desengañadas, construyendo canciones abruptas que cambiaban de ritmo a las primeras de cambio, evidenciando una conexión entre los miembros, una compenetración de las que pocas veces se ven. A veces una caja de ritmo, otras veces acercandose al post-rock, o al slowcore, alargando temas de cariz anticlimático, dejándonos con ganas de más.