Presentación South Pop: Troy Von Balthazar
No sé si habéis tenido la oportunidad de ver la maravillosa "Napoleon Dynamite". En ella, una serie de personajes extravagantes y sin duda extraídos de la más natural de las vidas de cada uno, se delimitaba vagamente y sin dar demasiadas explicaciones la virtual y endeble línea que separa lo normal de lo que no lo es. Situaciones imposibles, paisajes casi lunares que adornan hechos cotidianos que desolan y a la par arrancan la carcajada siempre tierna y complice. En estos terminos podríamos calificar el show que se marcó ayer el estadounidense, nacido en la isla de Hawai, Troy Von Balthazar. Ayudado de una guitarra, un casiotone y pedalera de efectos, fue deslizando brevemente cada una de sus canciones que 'o bien las amas, o bien las odias', como bien se refirió él mismo en un momento. Loops de guitarras sobre las que insertaba ruido, melodías afectadas, grabadora en ristre, movimientos espasmódicos, y comentarios jocosos sobre la familia, su vida, el sexo. Imagínense a un Patrick Wolf punk, que se entretiene filtreando con el indie-pop, el ritmo samba de un piano barato, el folk, las distorsiones vocales y la filigrana de dormitorio. Invitó a su amiga francesa a cantar, echó de la sala a unos cuantos debido a su, en definitiva, espectaculo no apto para todos los públicos, revisitó "Ain't No Sunshine'' de Bill Withers y casi se parte el cuello dando volteretas. Haciendo, en realidad, lo que le daba la gana.