miércoles, junio 06, 2007

Grindhouse (2): Death Proof


Estaba cantado. Desde el primer momento en el que se supo que este proyecto iba a llevarse a cabo, todos sabíamos que a Rodríguez le tocaría la parte gore del pastel, mientras que el señor Tarantino se decantaría por el lado de la exploitation vía venganza, road-movie, con elementos de blaxploitation. Death Proof cuenta la liviana historia de Stuntman Mike, un psicópata otrora doble de escenas de riesgo en teleseries de poca monta que se dedica a acosar a jovencitas en la carretera, dándoles muerte siempre usando su coche. En apenas 85 minutos y con una historia radicalmente dividida en dos, al cineasta le da tiempo de impregnar toda la historia con esos interminables diálogos de besugo tan caros en su cine, lanzar guiños un tanto hirientes hacia el panoráma cinematográfico actual (1) y dejar claro una cosa, por si no lo sabíamos: es, actualmente, uno de los mejores cineastas de género que hay: solo hay que echar un vistazo a la escena que divide la historia, un majestuoso choque frontal entre dos coches que se nos ilustra no una, ni dos, sino hasta tres veces, desde otros tantos puntos de vista, o a esos quince minutos finales, que deben entrar dentro de la categoría de 'mejores persecuciones de la historia del cine'.
Y podría aburrir contándoos el amor por el cine de género que destila cada uno de los fotogramas de Death Proof o lo mucho que le gusta a Tarantino una negra (2). Pero no. Simplemente os voy a decir que, aparte de lo miserablemente triste que resulta ver Grindhouse mutilada (3), tanto Planet Terror como Death Proof son dos peliculitas que te reconcilian con el niño que se pasaba las horas muertas viendo películas baratas en la 2 por la tarde, que te hace albergar esperanzas de que aún existe gente en el mundo del cine con pasión y, por supuesto, gente tan tonta como para dejarse embaucar, y hacer posible que un producto tan suicida como este se haya podido llevar a cabo aunque aquí lo veamos mutilado. Esperaremos al DVD.

(1) En un pasaje del film, podemos ver como un Grindhouse emite una doble sesión de Scary Movie 4 y Wolf Creek perfectos exponentes contemporáneos de lo que un cine de esas características proyectaría hoy día.
(2) Jocosamente, en una escena de la película, un redneck de la américa profunda se refiere a una de las chicas como "de color", ante la extrañeza de su amiga": impensable en los tiempos de las grindhouses.
(3) ¿Qué demonios harán con los trailers?