Al término de realizar Crimes of the Future y debutar en la dirección para televisión con un capítulo de media hora para la serie Programme X, Cronenberg acude a Cinepix, una pequeña distribuidora de películas eróticas del país. Formada por André Link y John Dunning, Cinepix se interesa por el siguiente proyecto de Cronenberg, un guión llamado Orgy of the Bloody Parasites. John Dunning busca financiación en la CFDC, pero fue rechazado de inmediato. En ese momento, la política del CFDC era colaborar con películas que más tarde pudieran reportar beneficios a la industria cinematográfica canadiense, y consideraron el proyecto como demasiado extraño y experimental.
Cronenberg buscó en todas las compañías productoras dedicadas al terror de bajo presupuesto dinero para realizar la película. Cuando llegó a Los Ángeles se encontró con Jonathan Demme (realizador de El Silencio de los Corderos, entro otras). Para el estupor de Cronenberg, a Jonathan Demme le habían ofrecido dirigir Shivers (que ese era el nuevo nombre de Orgy of the Bloody Parasites). Cronenberg quedó muy desilusionado ante esta traición: los chicos de Cinepix querían su guión, pero buscaban a otro para dirigirlo. Cuando regresó a Toronto se encontró con un mensaje de la distribuidora diciéndole que han conseguido el apoyo del CFDC para la película y han decidido que la dirija él. El presupuesto será de $180.000, y de la producción y la banda sonora se encarga Ivan Reitman, un checoslovaco habitual del ambiente underground, que años más tarde se hará popular gracias al bombazo de Los Cazafantasmas.
Argumento
Edificios Starliner. Un complejo residencial de lujo, en una isla de ensueño a solo doce minutos de la ciudad. En éste, reside un doctor que cree que el hombre ha perdido su capacidad instintiva. Para ello, crea una especie de parásito que exalta las sensaciones inhibidas por la moral social y se transmite por contacto físico directo a través de la boca o por cualquier otro orificio corporal. La libido de los portadores se ve afectada hasta el punto de sentir un enfermizo deseo sexual.
La crítica dijo...
“En la película Cronenberg cristaliza varias de las actitudes más negativas de nuestra sociedad sobre el cuerpo, la sexualidad, las mujeres y todos los pensamientos progresistas.”
Robin Wood “Un point de vue dissident sur Cronenberg.”
“El convulsivo nihilismo que rezuma la película rechaza una visión estática de existencia. Cronenberg no mantiene postura moralista alguna ni pretende asentar discursos constructivos (...) puesto que su punto de vista es sobrio y distanciado. La violencia de cierta secuencia está al servicio del necesario contraste estético para entender la cinta.”
Antonio José Navarro “David Cronenberg. Los secretos de la Nueva Carne.”
“Un escalofriante y repulsivo cruce entre La Noche de los Muertos Vivientes y La amenaza de Andrómeda. Brutales Fx de Joe Blasco, ambiente claustrofóbico y el retorno de Barbara Steele al cine de terror, para una especie de metáfora profética sobre los excesos de la era del amor libre, de los 60, y su apocalíptico final a causa del SIDA.”
Jesús Palacios “Vinieron de dentro de...”
“La revelación de Cronenberg y un film muy mediocre, pese a lo divertida que resulta su determinación de reunir los esquemas narrativos de La Noche de los Muertos Vivientes y El Coloso en Llamas en una especie de himno a la truculencia que la catapultaría a la condición de minimito.”
Carlos Aguilar “Vinieron de dentro de...”
Anécdotas
La película ostenta unos apañados Fx cuando se trata de mostrar a los revoltosos gusanoides en el interior del estómago de las lujuriosas cobayas: “usamos globos bajo el torso falso de Allan Migikovsky. No se nos ocurrió utilizar condones, hoy en día lo más usado, sino globos; simple y brillante.” Un trabajo eficaz de Dick Smith. No tan brillante es la presencia de los bichos, más falsos que un billete de 2.367 ptas.: “los gusanos estaban hechos con espuma de látex y con un muelle dentro para darle elasticidad. Normalmente eran manipulados por filamentos de hilo de pesca, nada muy elaborado. Muchas veces se solucionaba en el montaje, o si no con las técnicas más simples. Por ejemplo, cuando el bicho husmea alrededor del desagüe de la bañera, Danny Goldberg, el ayudante de dirección, hacía de marionetista con el dedo desde abajo.”
Una escena muy recordada por los mitómanos es aquella en la que Susan Petrie besa a Barbara Steele. Precisamente fue esa la primera escena que Barbara hizo a su llegada al rodaje. Por lo visto, Susan tenía problemas para llorar ante la cámara, ni siquiera la cebolla hacía efecto, y en última instancia, le pidió a Cronenberg que la abofetease ante de la escena. Y así fue: antes de gritar acción, David y Susan fueron a la cocina, y el resto del equipo permaneció atento oyendo los sopapos, uno detrás de otro, que culminaron en el sollozo de Susan. Barbara estaba alucinando, y después de la toma “se levantó - recuerda Cronenberg -, me cogió por las solapas y me levantó diciendo: “¡eres un cabrón! He trabajado con algunos de los mejores directores del mundo, he trabajado con Fellini, y nunca en mi vida he visto a ninguno tratar así a una actriz. Eres un cabrón.” Cuando estaba a punto de darme un puñetazo le dije: “no, Barbara, no me pegues. Ella me lo ha pedido, no me ha gustado hacerlo, pero tenía miedo de que hubiese que repetir la toma...”. “¿De verdad?.” “De verdad.” Barbara me ofreció su ante brazo y me pidió que le demostrara con qué fuerza había golpeado a Susan. La golpeé. “¿Así de fuerte?” preguntó. “Sí” respondí. “Hmmm” dijo ella. Después hubo una pausa y ella mantuvo su mirada fija sobre la mía. Luego me preguntó: “¿Tengo que llorar yo en alguna escena?”.”
Coste, recaudación y premios
Tuvo un presupuesto de $179.000, y consiguió recaudar $5.000.000; además recibió el Premio Mejor Película en el Festival de Cine Fantástico Sitges en 1976.