Y llego el día grande, ese en el que todos los aficionados al buen indie pop podríamos saciar nuestra sed de buenas canciones de la mano del esperadísimo cabeza de cartel The Wedding Present. Aunque antes, más de una sorpresa nos cayó como agua de...abril.
Le Futur Pompiste se han leído la cartilla del estilo Stereolab demasiadas veces. Teclados repetitivos, estribillos lisergicos y melodías evanescentes se repetían de tal manera que dejaron por evidenciar una alarmante falta de personalidad. Con unos Stereolab tenemos bastante todos. Jason Molina, el hombre detrás del proyecto folk Songs:Ohia, regalo al personal su repertorio mas crudo y descarnado, tan solo parapetado detrás de su guitarra acústica. Hay quien afirma que se marcó uno de los mejores shows del festival, pero a uno le vence el cansancio y la edad y, a la tercera arremetida plañidera, me reserve para el siguiente y, esperado, concierto, el de Sébastien Schuller. Si en disco se le va un poco la mano con la melancolía de postal, en directo, cuya banda alcanzaba los seis miembros, se revela como un perfecto proyector de imagenes crecientes en los que se dan la mano ecos a Radiohead o Sigur Ròs. Máxima intensidad y emoción que dieron paso a lo que todos esperabamos, los grandes The Wedding Present. Tras el parón (tremendamente creativo, sí) que supuso Cinerama, los de David Gedge presentaron un disco musculoso e inesperado, una de las mejores obras del pasado año, "Take Fountain" con temas que ya pasan a englosar el grupo de sus mejores obras, como "Interstate 5" o "I`m From Further North Than You". Y como ya se sabe, no pueden dar un concierto malo. Todo urgencia, melodía que se ocultaba tras los rasgueos impetuosos y recien hechos de Gedge, nos regalaron además dos interpretaciones impecables de "Kennedy" y "Brassneck". ¿Que todas las canciones son iguales? ¿Que son inmovilistas? ¿Y qué? The Wedding Present sólo entiende de pasión adolescente, sin medias tintas. Y que nunca crezcan, por favor.