Irina Palm
Siempre se ha dicho que cualquier madre daría la vida por su hijo. Si así es, que no lo pongo en duda, ¿Qué no daría la abuela por su nieto, habiéndo engendrado a la que, posteriormente, diera a luz a la pequeña criatura? Situaciones desesperadas precisan de medidas desesperadas: una familia que tiene sólo para el día a día no puede mandar a su hijo moribundo a Australia para que lo curen. Tienen que quedarse mirandolo morir, maldiciendo día tras día el hecho de no haber nacido entre koalas y canguros y sobrepoblación de conejos. La abuela comienza a buscar trabajo. Es una mujer que aún conserva un poco de ese atractivo animal que a buen seguro tuvo en vilo a muchos hombres, el brillo en la mirada de la mujer decidida y obstinada, que ha vivido a la sombra de su difunto, e infiel, marido y que decide tomar las riendas de la vida de su nieto y, de paso, encontrar el fin mismo de la suya de la más retorcida de las maneras. Da con sus huesos en un local de espectáculos eróticos, regentado por Miki, un emigrante entrado en años que le informa de que allí tendrá, nada más y nada menos, que masturbar a los clientes a través del denominado ‘glory hole’: un agujero practicado en la pared por el que se introduce el miembro. Al otro lado se apoltrona día tras día la abuela, al principio asqueada pero con la imagen de su nieto enfermo en la cabeza.
fecha de estreno en españa: 14 de diciembre