Fudoh (Takashi Miike, 1996)
Basada en el manga ultraviolento de Hitoshi Tanimura, "Fudoh" se basa más en los relevos generacionales y las rencillas intestinas de una banda de yakuzas, que en las guerras de las mismas por controlar el comercio. No es solo eso uno de los principales atractivos de la cinta número 18 del enloquecido y prolífico Takashi Miike: los protagonistas no son sino adolescentes (el hijo del jefe yakuza) y niños de unos diez años que luchan con saña para insuflar de savia nueva al anquilosado estamento mafioso. Entre los adolescentes, se encuentran una hermafrodita capaz de usar su vagina como lanzadora de cerbatanas y un gigante con una fuerza asombrosa. Posee un ritmo envidiable, escenas hiperviolentas que poseen un espíritu cómic irresistible (el ejercito de niños entrenando a golpe de granada y fusiles, los espectaculos de la chica y su cerbatana, el tatuaje que se hace el protagonista con la propia sangre de su hermano decapitado, el veneno que hace que un jefe yakuza, literalmente, se desangre a chorros con presión por la boca) y una dirección correcta que para nada enturbia la acción y un sentido del humor negrísimo como sólo poseen en el lejano oriente. "Fudoh" es lo más parecido a ver un manga en imagen real, y entronca con otras películas de violencia adolescente como "Battle Royale". No hay que tomarsela en serio, simplemente y, como dicen al principio de la película, apaguen las luces y relajense