martes, abril 11, 2006

Spandau Ballet


Thank you for coming home/I´m sorry that the chairs are all worn/I left them here I could have sworn/These are my salad day/Slowly being eating away/Just another play for today/Oh, but I´m proud of you, but I´m proud of you/There´s nothing left to make me feel small/Luck has left me standing so tall/Gold/Always believe in your soul/You´ve got the power to know/You´re indestructable/Always believe in

South Pop 2006: Sábado "Preséntame a David"



Y llego el día grande, ese en el que todos los aficionados al buen indie pop podríamos saciar nuestra sed de buenas canciones de la mano del esperadísimo cabeza de cartel The Wedding Present. Aunque antes, más de una sorpresa nos cayó como agua de...abril.
Le Futur Pompiste se han leído la cartilla del estilo Stereolab demasiadas veces. Teclados repetitivos, estribillos lisergicos y melodías evanescentes se repetían de tal manera que dejaron por evidenciar una alarmante falta de personalidad. Con unos Stereolab tenemos bastante todos. Jason Molina, el hombre detrás del proyecto folk Songs:Ohia, regalo al personal su repertorio mas crudo y descarnado, tan solo parapetado detrás de su guitarra acústica. Hay quien afirma que se marcó uno de los mejores shows del festival, pero a uno le vence el cansancio y la edad y, a la tercera arremetida plañidera, me reserve para el siguiente y, esperado, concierto, el de Sébastien Schuller. Si en disco se le va un poco la mano con la melancolía de postal, en directo, cuya banda alcanzaba los seis miembros, se revela como un perfecto proyector de imagenes crecientes en los que se dan la mano ecos a Radiohead o Sigur Ròs. Máxima intensidad y emoción que dieron paso a lo que todos esperabamos, los grandes The Wedding Present. Tras el parón (tremendamente creativo, sí) que supuso Cinerama, los de David Gedge presentaron un disco musculoso e inesperado, una de las mejores obras del pasado año, "Take Fountain" con temas que ya pasan a englosar el grupo de sus mejores obras, como "Interstate 5" o "I`m From Further North Than You". Y como ya se sabe, no pueden dar un concierto malo. Todo urgencia, melodía que se ocultaba tras los rasgueos impetuosos y recien hechos de Gedge, nos regalaron además dos interpretaciones impecables de "Kennedy" y "Brassneck". ¿Que todas las canciones son iguales? ¿Que son inmovilistas? ¿Y qué? The Wedding Present sólo entiende de pasión adolescente, sin medias tintas. Y que nunca crezcan, por favor.

lunes, abril 10, 2006

South Pop 2006: Viernes "De corazón, Dominique"



Cayéndose del cartel Tender Forever nos encontramos con Corazón, un dúo madrileño que recoge la esencia de Vainica Doble para dar a luz una serie de canciones que sirven de estampa a los temores de la adolescencia. Con homenaje a Mina y una esplendida interpretación de su delicada "María Del Mar" dividió a los asistentes, entre los que huían espantados por la cantidad de azucar y melosidad vertida, y los que nos quedábamos con medias lagrimas en los ojos. 12Twelve se fueron del post-rock y ahora abrazan el free-jazz. Batería, guitarra, contrabajo y saxofón más teclados. Les pasa como a Experiençe, te lo dicen todo a la primera de cambio y acaban en el tedio. Estructuras irrompibles, improsivación y una actitud un tanto chulesca acabó desvirtuando su aparente intocabilidad en el panorama musical español. The Rosebuds, el trío de Carolina del Norte, se metieron a todo el mundo en el bolsillo con su pop enérgico, fresco y descargado de ínfulas, directo y breve. Era su primer concierto en Europa, presentando canciones de sus dos discos. "Boxcar" y "Back To Boston", entre lo más recordado, con esos guiños a The Kinks o Yo La Tengo. De esos shows que te dejan con una sonrisa en la boca. ¿Qué más se puede añadir a una crónica de Dominique A que no se haya dicho ya antes? animal de la nueva chançon que construye sus épicas y dolientes nanas él solito en escena, gracias a los multiefectos, con el aliciente añadido de que venía presentando "L´Horizon", un inmenso trabajo que contiene cortes tan enormes como el homónimo "L'Horizon", con esas capas y capas y capas de guitarras que tanto agradecimos los shoegazers, "Dans un Camion", con esa innata capacidad para simplificarte el corazón en un abrir y cerrar de melodía, o "La Pleureuse", que sonó como bis. No faltaron, por descontado, ni "Antonia" ni "Pour la Peau". Un gran cierre para una jornada de emociones a flor de piel.

South Pop 2006: Jueves "Los dieciocho de Matt"


Sobre las ocho abrieron Margo, una bella chica francesa, tímida como todas las francesas, o no, cantando sobre bases electrónicas bonitas y amables, deudoras de Lali Puna y St Etienne. Breve y bailable. Matt Elliot acabó regalando el mejor concierto del festival a horas tan tempranas, con su compañero Chris Cole al chelo. Canciones de taberna, de piratas desangelados, de coros brumosos que aparecían verbigracia de la tecnología, con la voz de Elliot grabada sobre sí, ensimismada a veces, exultante en otras. Remataron con dieciocho minutos de éxtasis electrónico ruidista, con ecos a su añorado proyecto The Third Eye Foundation. Impecable. Experiençe siguen en sus trece de ensañarse con el rock de tintes salvajes, apenas acompañado con algún que otro apunte electrónico. Si bien puede decirse que clavan cada una de sus arengas políticas y rabiosas, por otro lado no podemos más que añorar un poco más de movilidad y riesgo. Profesionalidad tecnica pero previsible y un tanto derivativa. Tarwater acabó sumiendome en un profundo letargo del que casi no salgo, con ese aire germánico tan profundo y esa tecnología fría, aspera y monotona. Hasta la mañana siguiente.

jueves, abril 06, 2006

Presentación South Pop: Troy Von Balthazar


No sé si habéis tenido la oportunidad de ver la maravillosa "Napoleon Dynamite". En ella, una serie de personajes extravagantes y sin duda extraídos de la más natural de las vidas de cada uno, se delimitaba vagamente y sin dar demasiadas explicaciones la virtual y endeble línea que separa lo normal de lo que no lo es. Situaciones imposibles, paisajes casi lunares que adornan hechos cotidianos que desolan y a la par arrancan la carcajada siempre tierna y complice. En estos terminos podríamos calificar el show que se marcó ayer el estadounidense, nacido en la isla de Hawai, Troy Von Balthazar. Ayudado de una guitarra, un casiotone y pedalera de efectos, fue deslizando brevemente cada una de sus canciones que 'o bien las amas, o bien las odias', como bien se refirió él mismo en un momento. Loops de guitarras sobre las que insertaba ruido, melodías afectadas, grabadora en ristre, movimientos espasmódicos, y comentarios jocosos sobre la familia, su vida, el sexo. Imagínense a un Patrick Wolf punk, que se entretiene filtreando con el indie-pop, el ritmo samba de un piano barato, el folk, las distorsiones vocales y la filigrana de dormitorio. Invitó a su amiga francesa a cantar, echó de la sala a unos cuantos debido a su, en definitiva, espectaculo no apto para todos los públicos, revisitó "Ain't No Sunshine'' de Bill Withers y casi se parte el cuello dando volteretas. Haciendo, en realidad, lo que le daba la gana.

Presentación South Pop: The Secret Society


Ayer miércoles en la sala Fun Club de Sevilla tuvo lugar la fiesta presentación de la segunda edición del South Pop Festival, que comienza hoy mismo en el Teatro Alameda de esta misma ciudad.
La sesión especial la conformaban dos conciertos dispares entre sí, pero con la emoción desbordante como eje principal. The Secret Society, osea, Pepo Márquez, miembro de Garzón, a las voces y a la guitarra y Andrés Perruca, ex-Niño Gusano, ex-Tachenko, a la batería, demostraron como poner la piel de gallina con sobriedad y elegancia, regalando melodías ariscas y desengañadas, construyendo canciones abruptas que cambiaban de ritmo a las primeras de cambio, evidenciando una conexión entre los miembros, una compenetración de las que pocas veces se ven. A veces una caja de ritmo, otras veces acercandose al post-rock, o al slowcore, alargando temas de cariz anticlimático, dejándonos con ganas de más.

miércoles, abril 05, 2006

Romantic Balloons


¿Con la iglesia hemos topado? En absoluto. A pesar de que ciertos sectores lo engloben como una 'Christian Band' al uso y que Ronnie Martin, o lo que es lo mismo, Joy Electric, se considere cristiano practicante, lo único realmente tácito y verdadero es que lleva más de una decada regalándonos discos de ''sólo voz y sintetizador'' como a él le gusta calificarlos. Once discos, más un surtido variado de singles y eps repletos de sonidos burbujeantes, de bleeps, buuuzs, clicks y demás onomatopeyas espaciales con las que construye canciones melódicas, ligeras y pegadizas, siempre echando mano de cacharrería antigua.
Acaba de editar un mini-álbum conceptual, "Montgolfier and the Romantic Ballons" con el que quiere rendir homenaje a los creadores del globo aerostático. Consta de dos partes bien diferenciadas: la historia propiamente dicha (cinco cortes que oscilan entre la melodía naif de "The Romantic Balloons", la válvula gaseosa"The Fifht Point of The Compass" la lastimera (y breve) "You Forget", el acercamiento a tierras y maneras islandesas en "At Last, An Atlas"y la bailable "The Brass Stopped Before The Second Moving". La segunda parte se compone de remezclas de tres temas contenidos en su último larga duración "The Ministry of Archers" de la mano de Freezepop, Travelogue y Goodnight Star. Y un regalo, la inédita "Octuplet Down", electro festivo y saltarín para terminar el EP con una grata sonrisa. Esperamos ansiosos su inminente nuevo álbum

Etiquetas para la soledad


Owen Asworth
tiene veintiocho años, como yo, y estudia cine, como yo. Yo estudié producción. pero él seguro que estudia algo más romántico, como el guión, o incluso el atrezzo, porque eso de fijarse en lo que llevan puesto ella o él es muy de detallista, ¿no? Y los románticos son detallitas. El joven Asworth, que de seguro pasa(ba) mucho tiempo en casa, en su dormitorio, escuchando a The Magnetic Fields y los 6ths, descubrió bajo la cama ese PT1 que le regaló papá noel, y viendo que no había nadie más a su alrededor, se dió cuenta de que estaba muy solo, y que encima sostenía entre las manos un casiotone. Casiotone For The Painfully Alone nacía. Un día, más concretamente del año noventaysiete, se dedico a aporrear su teclado de casijuguete, lo grabó todo en un cuatropistas y, dos años más tarde, el en noventaynueve por si no quieren echar cuentas, el sello de electrónica experimental Tomlab lo miró de frente y le edito "Answering Machine Music" y en el dosmiluno "Pocket Symphonies for Lonesome Subway". Como eran dos disquitos tan cortos, el sello lo ha editado recientemente en uno solo, como ya hicieran nuestros Green Ufos con los dos primeros trabajos de The Russian Futurists. Sonaban a grabación casera, que es lo que eran, sin duda, pero repletas de hermosura sincera y oculta, a la que había que acceder liberados del yugo del prejuicio que emanan esos soniditos infantiles y torpes, esos accesos de percusión saturados, ese modo de encarar el synthpop como si acabaras de comenzar a leer el Micho.En el dosmiltres editaba también de la mano de Tomlab su tercer disco, "Twinkle Echo" que continuaba exprimiendo los (limitados aunque tremendamente efectivos) recursos con que contaba. Sin embargo, cuando aún no nos habíamos olvidado de él, y en nuestras charlas salía a relucir su nombre con el típico ''¿dónde andará?", se alía con más musicos, y por consiguiente, con más instrumentos del tipo flauta, cuerda, guitarras con pedal steel, para facturar "Etiquette", su disco más completo de nombre más breve. Una docena en treinta minutos, de entre las que sobresalen "Scattered Pearls" (¿alguien más añoraba a Figurine?), "Nashville Parthenon" y su guitarra llorona, "New Year´s Kiss", típico CFTPA pero con piano ''de verdad'', o "Young Shields" por la que matarían The Postal Service para su nuevo disco.Pasen y contemplen una merienda entre una señorita y su cocodrilo, adentrense en la singular timidez de Casiotone For The Painfully Alone. Merece la pena sentirse solo si le tenemos a él.

La nueva obrita de Josh Rosue


Josh Rouse, un cantautor bajito y de ojos azules, antes residente de esa ciudad de Tennessee llamada Nashville en la que seguro se hace mucha más música aparte de country, lleva bastante tiempo trayéndonos a casa su particular visión de la musica: un pequeño mueble en el que caben casi todos los sonidos amables del pop acústico y el soul, a veces entroncando con el folk, otras con la americana dulce, pero siempre con la melodía suave y cristalina de por medio. Pues resulta que nuestro Rouse dejó a su mujer, quién sabe cual fue el motivo, despues de parir aquel bonito "Nashville" y se vino a vivir al sur de Europa, a este nuestro país llamado España, a un pueblecito de la costa de bello nombre, Altea. Dió algunos conciertos, arropado por seguidores incondicionales que coreaban cada una de las canciones, y como quién no quiso la cosa le entrevisté, él con gripe y yo con mi nefasto inglés. Me contó que estaba feliz en su pueblecito y que cada día paseaba e iba a comprar el pan, y que le gustaba la gente de España. Ah, y que su ultimo disco iba a ser muy calido e iba a tener influencias brasileñas.A esto que el veinte del reciente finalizado mes de marzo entregó su nuevo retoño llamado "Subtítulo". Y de seguro todos y cada uno de nosotros vamos a entender a la perfección la decena de cortes que la componen: una pequeña parte de su reconfortada recuperación se puede rastrear en las notas, las cuertas, la pedal steel; en los aires bossanova de "Summertime" o "His Majesty Rides" (fuiste sincero, amigo Rouse), las cuerdas veraniegas de "Givin´It Up", el homenaje blanquecino, de pared blanca rural en "Quiet Town", las punzadas delicadas a la acústica de "Jersey Clowns"... Josh ha diseñado treinta y tres minutos para decirle al mundo que es feliz a pesar de tener la mirada azul, y de que se puede y se debe ser feliz, teniendo talento para decir tanto, con tan poco.