Sick Nurses
He de reconocer que no soy muy ducho en pillar a la primera películas de argumento medianamente enrevesado. No relaciono nombres con caras, se me olvidan los propios nombres…incluso las caras… Pero lo cortés no quita lo valiente, y hay veces en que mi inoperancia a la hora de enhebrar argumentos de retruécano se enfrenta a películas cuyo ¿argumento? pretende ser una historia medianamente lineal y no algo que entronca con el surrealismo o con la obra de directores arriesgados como David Lynch. Sick Nurses es una película tailandesa en la que el guión se asemeja a lo que uno se le puede pasar por la cabeza borracho y ve a una chica con el pelo largo y vestida de blanco: entre el calentón y las luces estroboscópicas y de colores nos podemos sumergir en una típica historia de fantasmas en las que aparecen fetos volando, sabanas tendidas en el jardín de un hospital, embarazadas putones, bulímicas a las que el gato se le come la lengua, literalmente, y mucho pelo, mucho mucho pelo. Ya sabemos de la querencia del cine oriental al elemento capilar: aquí van más allá. La villana-espíritu, una especie de locomía adicta al vinilo con el pelazo de Tino Casal usa su pelo para poseer a un grupo de enfermeras que, ojo al dato, están más buenas que el pan y que en el pasado hicieron una cosa horrorosa: matar a una compañera porque se tiraba al médico galán. Entre medias, venta de cadaveres, regalos a tutiplén a todas las enfermeras…si piensan que todo esto no tiene ni pies ni cabeza, están en lo cierto.
Sick Nurses es disfrutable por su bella fotografía, por esos momentos de inusitada belleza, como el cuerpo ahogado en la pecera, pero ahoga todo su potencial al pretender innovar el género de fantasmas clásico con un críptico ‘’argumento’’ que ni el director harto de anfetaminas entendería. Si a todo este desaguisado le añadimos un oscuro caso de transexualidad, escenas homoeróticas en la ducha, y pasajes interminables de tailandesas vomitando para estar esbeltas y pelos, y más pelos, y más pelos… Sólo y estrictamente recomendado para ávidos buscadores de rarezas, bien filmadas, peor contadas y con dos o tres destellos gore.
1 comentario:
qué pena que no esté subtitulada
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